Kermel.

     El pescado que habitualmente consumimos en Dakar, generalmente excelente, tiene, para nosotros, su origen ya en tierra firme en el mercado del Kermel. Mercado de corte tradicional que Virginia conoce bien y es conocida por sus tenderos. De vez en cuando obtiene alguna fotografía, con mucho cuidado, ya que el personal al sentirse fotografiado, se ofende fácilmente  o finge hacerlo, para ver si le puede sacar unos francos al turista incauto. Las imágenes  no son de muy buena calidad, ya que están obtenidas con una Blackberry y la iluminación del recinto del mercado es escasa, pero la información que proporcionan del lugar es lo importante y suficiente. 

     Para los delicados ojos y pituitarias occidentales, puede resultar en principio un lugar agresivo para estos sentidos, con especial atención a la zona de la carne, pero obviando esto, es un lugar peculiar que hay que visitar y conocer si se pasa por esta ciudad.

     A continuación os dejo una serie de imágenes para que comprobéis que carne y pescado hay en todos lados a un precio algo mas que razonable. Eso si, nosotros sólo compramos aquí el pescado, muchísimo más recomendable que la carne. 

El Dakar cotidiano (y 2) + curiosidades circulatorias.

Esto va de luz y de color, de vestidos y de coches de colores chillones. La luz es la aliada del color y en este país es incluso mas exagerado. La explosión de colores que se ofrece al visitante es apabullante, en contraste con la Europa del norte, gris, con sus atavíos y medios de transporte en tonos aburridos. El colorido de la calle es sorprendente tanto en personas como en  vehículos. Al senegalés,  coqueto por naturaleza, le gusta vestir con colores llamativos y adornar a sus vehículos con dibujos de expresiones chillonas.

Siempre he afirmado que este país es el paraíso del fotógrafo, pero del fotógrafo colorista. El obtenedor de imágenes en blanco y negro se olvida un poco de su manera de componer fotografías aquí. En cualquier esquina, de sorpresa, en cualquier momento, puedes tener la instantánea perfecta con el abanico de colores adecuado y con la luz exacta. El B/N queda como último recurso... ¿o no?

Las vendedora de mandarinas son muy habituales en las carreteras senegalesas. Allá donde exista un atasco o una pequeña aglomeración de vehículos, se encontraran estas esforzadas vendedoras, que por ofrecer su producto se pasan horas y horas a pie de atasco. Somos de la opinión  que, en realidad,  son los vendedores ruteros los que organizan los embotellamientos para que los vehículos pasen despacio a su lado y poder ofrecer su mercancía, con menos riesgo. 

Continuando con la serie de fotografías en las que plasmamos lo que vamos observando en nuestros viajes por las carreteras de Senegal, en la mayoría de los casos sorprendente desde un punto de vista de un conductor responsable occidental, a continuación pongo otra serie de fotos, redundando en el tema del personal que viaja en el "derrière" de los vehículos de transporte. No consigo acostumbrarme a esto, cada vez que lo veo se me ponen los pelos como escarpias. 

Este va modernuqui , a ligar a la discoteca del pueblo de al lado , con los cuellos de la camisa subidos. A la moda como Travolta.

Hockey sobre hielo en Dakar.

Aunque el título de esta entrada sea sorprendente (y exagerado) no deja de ser menos cierto, que en el centro comercial Sea Plaza en Dakar existe una pista donde practicar al aire libre este deporte de invierno. El truco está en que la pista está hecha de un material sintético por la que pueden deslizarse las cuchillas de los patines, sin dificultad a imitación de la verdadera pista de hielo, que en un clima tropical como el nuestro no creo que durase mucho al sol. Al final de las fotografías he puesto un vídeo que espero que sea ilustrativo. 

Curiosidades circulatorias.

Todos conocemos la expresión muy utilizada,  por cierto, en el tráfico de Madrid de: "tiene el retrovisor de adorno",  cuando alguien te hace una pirula, de las típicas de realizar una maniobra sin mirar por el retrovisor. Pues bien, esto en Senegal, se lleva a su máxima expresión, cuando todos los expatriados que vivimos aquí, decimos que los lugareños sólo saben conducir hacia adelante, nadie mira los retrovisores, ni interiores ni exteriores y realizan las maniobras en la calzada como si estuvieran solos en todo el Continente Africano, con desprecio de vidas y haciendas, tanto propias como ajenas. Con la fotografía que adjunto, que es una muestra mas de las muchas que se pueden observar por las calles, alcanzamos una nueva dimensión en la expresión "retrovisor de adorno". Es probable que nadie, como los vampiros, se haya reflejado jamas en su superficie, su uso es otro, es distinguir a su dueño de los demás conductores, por el número de cintas de su capa, como la tuna.

Atentos también al peluche del espejito. He visto osos polares menos turgentes que el susodicho.

Por otra parte, una manera muy habitual y muy barata de trasladarse de un sitio a otro son los "transports  comun", donde, por un módico precio, puedes viajar de una ciudad a otra o entre barrios de la misma villa. Lo mas barato es ir en el exterior tomando el fresco, evidentemente el riesgo de caída es mayor, pero creo que el seguro va incluido en el precio del billete. 

Un frenazo brusco y todo el mundo al suelo.

No tiene nada que ver con lo anterior, pero para finalizar un letrero de una empresa que nos hizo mucha gracia. Hubiera quedado mejor AXILA S.A.