sábado, 14 de diciembre de 2013

El paisaje humano.

A lo largo de todas estas entradas que he ido componiendo en este último año y medio, he reflejado en mis fotografías con mayor o menor acierto, el paisaje físico de este país que, en algunos momentos, puede llegar llegar a ser espectacular para la mirada de un occidental y en especial de un mesetario como yo. De todas formas, en este lugar lo mas llamativo son sus gentes, como así quedó reflejado en la anterior entrada, con las fotografías de los niños.

En esta nueva edición quiero compartir con vosotros la imagen de sus habitantes que son los que realmente dan vida y color a este país. Estas personas tienen las mismas ilusiones y los mismos miedos que los occidentales, pero aderezado con menos recursos y mas inseguridades. Pero les sobra orgullo. El senegalés es por definición una persona orgullosa, de sus tradiciones y costumbres, de su historia, de su dignidad y sobre todo de su país. Y todo esto se percibe en el trato diario con las personas de nuestro entorno. Y además te lo intentan transmitir en todo momento. Espero que disfrutéis una vez mas con mis fotos y comentarios. Felices Fiestas de Navidad para todos.

Camiseta con los colores del drapeau senegalés

Vendedores tradicionales de la isla de Ngor.

Le gustaría estar en el lugar del otro.

Mamadou me dijo que había sido luchador. No lo veo yo claro.

Adolescentes con las hormonas a flor de piel. Menudas lobas. Dan miedo, parece una calle del Bronx.
Camarera del restaurante Chez Italie en la isla de Ngor.


Max, el patrón de la barca que lleva a la isla de Ngor

Max en su puesto de trabajo.
Pap hace tatuajes de henna en la playa por 5000 Fcfas (7'5 €)

Este pobre tenía una minusvalía en su pié izquierdo, pero sonreía como si no existiera el problema.

Vendedora de collares y baratijas y otras formas de artesanía, muy habitual en las playas de Dakar.

EL RINCÓN DE LOS ADORADORES DEL DIABLO.

A continuación os ofrezco fotos de dos individuos que parecen recién salidos de un concierto de Metálica. Les encanta hacer tontás pá los turistas.



Encima este cabrito tiene un "six pack" de envidia.



Vendedor de gafas en Virage. Obsérvese el detalle que lleva la fotografía de su marabú (líder religioso) pegada al cartón.

Vendedor de toallas, cinturones y colonias en la playa de Virage. Se gana el pan con el sudor de su frente.

Ahhh,  l'amour!!!

Vendedor de artesanía en Saly. Con un enano secuestrado en la bolsa de la espalda... o algo así...

Vendedor de láminas de la playa de Yoff, con aspecto de rastafari.

Buen rollito senegalés.


Van muy tapaditas pero las piernas al aire. Si es queee.. no pueden evitarlo....

EL RINCÓN DEL SURFERO.

No me olvido de los que me seguís y os gusta el rollo surfer. Aquí tenéis la imagen de Kite-surf de lo que se hace en la playa de Yoff cuando sopla aire de calidad.



Y para finalizar un vídeo de un individuo que me encontré en la playa de Saly y que me dijo que tenía cincuenta años. No daba crédito, simplemente espectacular. Y con una sola mano.








sábado, 7 de diciembre de 2013

La mirada de los niños.

Después de un parón en la escritura de entradas en el blog, por diversas razones con la que no quiero aburrir a los lectores de estas letras, continúo con un nuevo aporte en el que intento reflejar con mis fotografías la realidad de este país de contrastes. 

Ellos son el futuro del país. Del suyo y del nuestro. Sin embargo, muchas veces no se les tiene en cuenta en determinados sectores de la sociedad. Parecen como si estorbaran o como si no existieran. No son importantes. Las diferencias sociales tan abismales que hay en los países del África subsahariana, se acrecentan en lo referente a los mas necesitados y en el último eslabón de esta cadena, se sitúan los niños. Los mas débiles, los mas maltratados, los mas vulnerables.

La realidad es que el niño senegalés en general es risueño y alegre, feliz y desenfadado, está bien alimentado y de una u otra manera, están prácticamente todos escolarizados. Sus preocupaciones son diferentes a la de los niños occidentales. Viven y juegan en la calle o en la playa, sin tanta tecnología que ahora rodea a nuestros infantes. Me recuerdan un poco a los que fuimos niños en los setenta, que con un palo y una piedra, jugábamos e imaginábamos aventuras, pasábamos mucho tiempo en la calle y poco en casa.

Les encanta el fútbol y se dividen entre partidarios del Real Madrid y del Barça. No me gusta decir que ganan por goleada los aficionados al Barcelona F.C. que aparentemente hizo una excelente campaña de marketing en Senegal donde prácticamente la mitad de los niños que se ven por la calle visten una camiseta del Barça. Todo hay que decirlo es mas sufrida para la suciedad que la blanca impoluta del Real Madrid.

Una de estas realidades, es la presencia de niños con la mirada de la esperanza puesta en los ojos. Lo he intentado reflejar en esta selección de fotos que he puesto, aunque no he querido de momento incluir ninguna de otra realidad mas dura, la de los talibes, niños pordioseros que viven en la calle y mendigan unas monedas por el centro de la gran ciudad, famélicos, sucios , mal vestidos y sin nadie que les proporciones esperanza y cariño, seguridad y cuidados. Su mirada es otra. Es distinta a la de los niños de estas fotografías. 



Cuando pongo lo de la mirada de los niños, lo hago por el cachondo del niño de enmedio, el del Barça.














El niño de la derecha habla francés, wolof, peulh y árabe. Un máquina. 









Y de regalo un vídeo de lucha senegalesa infantil.