Después de un parón en la escritura de entradas en el blog, por diversas razones con la que no quiero aburrir a los lectores de estas letras, continúo con un nuevo aporte en el que intento reflejar con mis fotografías la realidad de este país de contrastes.
Ellos son el futuro del país. Del suyo y del nuestro. Sin embargo, muchas veces no se les tiene en cuenta en determinados sectores de la sociedad. Parecen como si estorbaran o como si no existieran. No son importantes. Las diferencias sociales tan abismales que hay en los países del África subsahariana, se acrecentan en lo referente a los mas necesitados y en el último eslabón de esta cadena, se sitúan los niños. Los mas débiles, los mas maltratados, los mas vulnerables.
La realidad es que el niño senegalés en general es risueño y alegre, feliz y desenfadado, está bien alimentado y de una u otra manera, están prácticamente todos escolarizados. Sus preocupaciones son diferentes a la de los niños occidentales. Viven y juegan en la calle o en la playa, sin tanta tecnología que ahora rodea a nuestros infantes. Me recuerdan un poco a los que fuimos niños en los setenta, que con un palo y una piedra, jugábamos e imaginábamos aventuras, pasábamos mucho tiempo en la calle y poco en casa.
Les encanta el fútbol y se dividen entre partidarios del Real Madrid y del Barça. No me gusta decir que ganan por goleada los aficionados al Barcelona F.C. que aparentemente hizo una excelente campaña de marketing en Senegal donde prácticamente la mitad de los niños que se ven por la calle visten una camiseta del Barça. Todo hay que decirlo es mas sufrida para la suciedad que la blanca impoluta del Real Madrid.
Una de estas realidades, es la presencia de niños con la mirada de la esperanza puesta en los ojos. Lo he intentado reflejar en esta selección de fotos que he puesto, aunque no he querido de momento incluir ninguna de otra realidad mas dura, la de los talibes, niños pordioseros que viven en la calle y mendigan unas monedas por el centro de la gran ciudad, famélicos, sucios , mal vestidos y sin nadie que les proporciones esperanza y cariño, seguridad y cuidados. Su mirada es otra. Es distinta a la de los niños de estas fotografías.
Cuando pongo lo de la mirada de los niños, lo hago por el cachondo del niño de enmedio, el del Barça.
El niño de la derecha habla francés, wolof, peulh y árabe. Un máquina.
Y de regalo un vídeo de lucha senegalesa infantil.